Espinacas con bechamel sin horno

Lasaña de espinacas y bechamel
Perfeccione sus habilidades para preparar esta clásica salsa blanca y, a continuación, conviértala en estos deliciosos platos. Desde clásicos como la lasaña hasta platos más inusuales como sopas que se convertirán en favoritos. Estos platos son comida reconfortante en estado puro.
Si tiene que dar de comer a una multitud o satisfacer a comensales quisquillosos, la lasaña es la opción perfecta. Este plato todo en uno es increíblemente satisfactorio y, como le dirá cualquier padre, es la forma perfecta de esconder un sinfín de verduras en su salsa. Añada un poco de queso y un poco de pimienta por encima de la bechamel y tendrá un plato para todos los gustos al que pocos podrán resistirse.
La clave para preparar esta cremosa salsa es dominar la bechamel. Es un clásico de la cocina británica en su máxima expresión, y también es ideal para acompañar salmón escalfado o incluso carne a la parrilla.
A menudo descrito como una lasaña griega, este plato se compone de capas de berenjena y carne especiada cubiertas con bechamel. Suele llevar patatas y calabacín, lo que lo convierte en la forma perfecta de incorporar verduras a un plato reconfortante.
¿Es necesario hervir la bechamel?
Cocer la salsa a fuego lento. Si eres principiante o has tenido problemas con la bechamel, tamiza la harina antes de añadirla y calienta la leche (debe estar muy caliente, pero no hirviendo).
¿Con qué combina bien la bechamel?
La pasta o el arroz son los acompañantes habituales de esta sabrosa mezcla. Mientras que en algunas recetas la pasta se cuece aparte, en otras se añade al plato antes de meterlo todo en el horno hasta que burbujee.
¿Por qué se calienta la leche para la bechamel?
Recetas con salsa bechamelConsejos
Métela unos minutos en el microondas, remuévela y añádela poco a poco a la harina y la mantequilla. La salsa espesará más rápido con la leche templada y evitará que salpique tanto al añadirla a la sartén caliente.
Recetas con espinacas
La pasta al horno con espinacas y bacon, cremosa y rayada es un plato sencillo y genuino que se prepara en poco tiempo y gusta a toda la familia. Está inspirado en la pasta al horno con espinacas y bechamel, pero se revisa para tener la bechamel lista, sin ensuciar otras ollas.Yo lo suelo preparar para que mis hijos coman espinacas, de esta forma las aprecian y se las comen de buena gana. El queso en tiras y el bacon, enriquecen tanto el plato, que no se le puede decir absolutamente que no.Si buscas un primer plato diferente para llevar a la mesa, ¡¡¡esta pasta al horno será un éxito!!!Pero sígueme a la cocina, ya verás que buena está.
Añadir la leche poco a poco y llevar a ebullición.Dar vueltas a menudo con la cuchara de madera, en cuanto la salsa espese (Si la sopa está muy espesa sólo hay que añadir más leche), apagar y reservar.Con este truco evitarás comprar la bechamel o hacerla aparte, y el resultado sabrá mejor.
Cocer la pasta, escurrirla al dente y recogerla en un bol.Aliñar con 2/3 de las espinacas recién hechas y un poco de queso rallado.Verter la mitad en una fuente de horno, hacer una fina capa de queso provola y repartir un poco más de queso rallado.Cubrir con la pasta restante, más queso en lonchas, el aliño restante y la última parte de queso rallado.
Receta de salsa bechamel
Kenji fue director culinario de Serious Eats y actualmente es consultor culinario del sitio. También es columnista gastronómico del New York Times y autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science.
Cuando trabajo en una nueva versión de una receta clásica, mi primer instinto es el escepticismo. Por ejemplo, la crema de espinacas. Este plato clásico se prepara cociendo lentamente las espinacas en una mezcla ligeramente espesa de nata espesa aderezada con cebolla y nuez moscada. Es sencillo. Pero, ¿es necesario cocer las espinacas tanto tiempo? ¿Y si las escaldara antes? Tal vez la nata no sea el mejor medio, ¿por qué no, por ejemplo, queso fresco o nata agria, o incluso un puré de algún tipo? ¿Seguiría sabiendo a crema de espinacas si mantuviera las espinacas de color verde brillante y un poco crujientes, o es necesario que alcancen esa consistencia verde militar y totalmente tierna?
Una vez que empiezas a adentrarte en madrigueras de conejo como ésta, es muy fácil perderse en ellas y emerger al otro extremo en un lugar que ni siquiera reconoces. Ya me ha pasado antes con las recetas. Te dejas llevar tanto por la actualización, la deconstrucción y la reinterpretación que, cuando lo pones todo junto, apenas se puede identificar como el plato con el que empezaste. Yo soy culpable de lo mismo. Parafraseando al Dr. Ian Malcolm, incluso como escritor de recetas, a veces te preocupas tanto de si podrías o no que no te paras a pensar si deberías.
Salsa de espinacas
Las espinacas gratinadas se suelen hacer con espinacas asadas y cubiertas con salsa bechamel. En este método, sobre todo si las espinacas no están bien asadas, sueltan agua, no pueden ser un todo con bechamel, no parece muy apetecible aunque satisfaga con el sabor. Con esta receta pretendía eliminar este problema visual y creo que lo he conseguido.
Daré un humilde consejo sobre el sabor de la receta. Asegúrate de que los quesos que utilizas tienen un aroma y un sabor especiales. Porque el sabor y olor del queso no se puede obtener con cualquier otro material y especia. Yo utilicé una mezcla de amsterdam viejo y provelone. Cheddar viejo, edam, gouda, parmesano, etc. estarían bien. Pero a menos que sea necesario, no utilice los quesos que se venden como mezclas de queso para pizza o cualquier queso que se venda rallado en realidad:) Generalmente no tienen un sabor especial y sólo te hacen ingerir calorías innecesarias.